Jueves 5 Diciembre
Presencia
Dios está conmigo, pero más,
Dios está dentro de mí, dándome la existencia.
Permítanme detenerme un momento en la presencia vivificante de Dios
en mi cuerpo, mi mente, mi corazón
y en toda mi vida.
Libertad
Pediré ayuda a Dios,
para estar libre de mis propias preocupaciones,
para estar abierto(a) a Dios en este momento de oración,
para llegar a conocer, amar y servir más a Dios.
Conciencia
Cuando vuelva a mis tareas cotidianas,
recuérdame, Señor,
que siempre estás a mi lado.
No necesito desesperar.
La Palabra de Dios
Mateo 7:21,24-27 LBLA21No todo el que me dice: «Señor, Señor», entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
24Por tanto, cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca; 25y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca. 26 Y todo el que oye estas palabras mías y no las pone en práctica, será semejante a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena; 27y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; y cayó, y grande fue su destrucción.
Inspiración
Cuando a Jesús le dijeron que su familia estaba fuera y quería hablar con él, respondió diciendo que su familia son los que hacen la voluntad de su Padre. Así pues, no hay quien diga "Señor, Señor"... El amor se demuestra con obras, no con palabras. Jesús dijo: 'No recéis como los paganos, que piensan que serán escuchados por sus muchas palabras'. Puede que ahora desees hablar sencillamente con el Señor, con tus propias palabras, sobre cualquier cosa que ocurra en tu vida.
Si edificamos nuestra vida y nuestra fe sobre la roca que es Cristo, ninguna tormenta podrá vencernos. Que nos llenemos de confianza cuando Jesús nos dice: "Ánimo, yo he vencido al mundo". Con su vida, muerte y resurrección, nos ha conquistado todas las gracias que podamos necesitar.
Conversación
Tus propias palabras, Señor, me enseñaron a rezar.
El hermoso «Padre Nuestro»
contiene todo lo que me gustaría decir.
Conclusión
Lleno de la presencia amorosa de Dios,
Le pido que me bendiga y guíe mis pasos
Mientras voy a hacer Su trabajo en mi vida diaria.
Amén
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