Lunes 23 Diciembre
Presencia
Reflexiono por un momento sobre la presencia de Dios a mi alrededor y en mí.
Creador del universo, del sol y de la luna, de la tierra,
cada molécula, cada átomo, todo lo que es:
Dios está en cada latido de mi corazón. Dios está conmigo, ahora.
Libertad
Dios no es ajeno a mi libertad.
En cambio, el Espíritu da vida a mis deseos más íntimos,
empujándome suavemente hacia todo lo que es bueno.
Pido la gracia de dejarme envolver por el Espíritu.
Conciencia
Consciente de tu presencia, Señor,
Repaso mi pasado reciente.
Permítanme ser honesto conmigo mismo sobre cómo he sido
Y lo que he hecho,
Porque sé que amas la verdad en el corazón
Y me aceptas tal como soy.
La Palabra de Dios
Lucas 1:57-66 LBLA57Cuando a Elisabet se le cumplió el tiempo de su alumbramiento, dio a luz un hijo. 58Y sus vecinos y parientes oyeron que el Señor había demostrado su gran misericordia hacia ella; y se regocijaban con ella.
59Y al octavo día vinieron para circuncidar al niño, y lo iban a llamar Zacarías según el nombre de su padre. 60Pero la madre respondió, y dijo: No, sino que se llamará Juan. 61Y le dijeron: No hay nadie en tu familia que tenga ese nombre.62Entonces preguntaban por señas al padre, cómo lo quería llamar. 63Y él pidió una tablilla y escribió lo siguiente: Su nombre es Juan. Y todos se maravillaron. 64Al instante le fue abierta su boca y suelta su lengua, y comenzó a hablar dando alabanza a Dios. 65Y vino temor sobre todos los que vivían a su alrededor; y todas estas cosas se comentaban en toda la región montañosa de Judea. 66Y todos los que las oían las guardaban en su corazón, diciendo: ¿Qué, pues, llegará a ser este niño? Porque la mano del Señor ciertamente estaba con él.
Inspiración
El nombre "Juan" es de origen hebreo y significa "Dios es misericordioso". Tanto Elizabeth como Zacarías reconocieron que Dios había sido realmente misericordioso con ellos. Nuestro Dios es continuamente misericordioso con cada uno de nosotros, amándonos con un amor eterno.
En Isaías leemos: "Te he llamado por tu nombre, tú eres mío" (Isaías 43:1). En el huerto de la resurrección, María de Magdala reconoció a Jesús cuando éste la llamó por su nombre. Permítele ahora en tu oración que te llame por tu nombre y responde a su inmenso amor por ti de la forma que desees.
Conversación
Tus propias palabras, Señor, me enseñaron a rezar.
El hermoso «Padre Nuestro»
contiene todo lo que me gustaría decir.
Conclusión
Doy gracias a Dios por estos pocos momentos que hemos pasado juntos a solas y por cualquier detalle que se me haya dado sobre el texto.
Amén
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