Presencia

Al entrar en este momento de oración, tomo conciencia de mi respiración, que es el regalo sustentador de vida que Dios me hace. Me permito respirar un poco más despacio, profunda y suavemente durante un par de momentos.

Libertad

Señor, concédeme la gracia de ser libre de los excesos de esta vida. Que no me atrape el deseo de riqueza. Mantén mi corazón y mi mente libres para amarte y servirte.

Conciencia

Mientras paso este tiempo contigo, Señor,
Soy consciente de lo realmente bendecido que soy.
Pienso en el amor y la risa que hay en mi vida,
Y me siento agradecido.

La Palabra de Dios

¹Otra vez entró Jesús en una sinagoga; y había allí un hombre que tenía una mano seca. ²Y le observaban para ver si lo sanaba en el día de reposo, para poder acusarle. ³Y dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ponte aquí en medio. ⁴ Entonces les dijo: ¿Es lícito en el día de reposo hacer bien o hacer mal, salvar una vida o matar? Pero ellos guardaban silencio. ⁵Y mirándolos en torno con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y su mano quedó sana. ⁶Pero cuando los fariseos salieron, enseguida comenzaron a tramar con los herodianos en contra de Jesús, para ver cómo podrían destruirle.

Inspiración

En todas las escenas de curación de los Evangelios, los fariseos nunca parecen mostrar compasión por la persona afligida. Para ellos, los enfermos eran pecadores que merecían su dolencia. Pero Jesús no permitirá que sus actitudes estrechas le impidan hacer el bien. ¿Permitimos a veces que las actitudes críticas de los demás nos impidan ayudar y amar a los necesitados?

Pedimos por el valor para hacer lo correcto y de seguir nuestra conciencia independientemente de lo que los demás puedan pensar de nosotros.

Conversación

Querido Jesús, puedo abrirte mi corazón.
Puedo contarte todo lo que me preocupa.
Sé que te importan todas las preocupaciones de mi vida.
Enséñame a vivir en el conocimiento
que tú quien hoy me cuidas,
cuidará de mí mañana y todos los días de mi vida.

Conclusión

Lleno de la presencia amorosa de Dios,
Le pido que me bendiga y guíe mis pasos
Mientras voy a hacer Su trabajo en mi vida diaria.

Amén