Presencia

Querido Jesús, hoy te invoco de una manera especial. La mayoría de las veces vengo pidiendo favores. Hoy me gustaría simplemente estar en Tu presencia. Que mi corazón responda a Tu Amor.

Libertad

«Soy libre».
Cuando miro estas palabras por escrito,
parecen crear en mí un sentimiento de asombro.
Sí, una maravillosa sensación de libertad.
Gracias, Dios.

Conciencia

Querido Señor, ayúdame a ser siempre
a ser consciente de las cosas importantes de la vida,
Cuidar de los que me rodean,
Buscar tu presencia en todos los que encuentro.

La Palabra de Dios

³⁰ Saliendo de allí, iban pasando por Galilea, y Él no quería que nadie lo supiera. ³¹Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de los hombres y le matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará. ³²Pero ellos no entendían lo que decía, y tenían miedo de preguntarle.

³³ Y llegaron a Capernaúm; y estando ya en la casa, les preguntaba: ¿Qué discutíais por el camino? ³⁴ Pero ellos guardaron silencio, porque en el camino habían discutido entre sí quién de ellos era el mayor. ³⁵ Sentándose, llamó a los doce y les dijo: Si alguno desea ser el primero, será el último de todos y el servidor de todos. ³⁶ Y tomando a un niño, lo puso en medio de ellos; y tomándolo en sus brazos les dijo: ³⁷ El que reciba a un niño como este en mi nombre, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, no me recibe a mí, sino a aquel que me envió.

Inspiración

Jesús acababa de decir a sus discípulos que estaría indefenso ante sus enemigos y que le darían muerte, pero todo esto les pasó por alto. Lo que les importaba era el poder y la grandeza humanos. Así que Jesús coge y abraza a un niño pequeño como ejemplo para que aprecien a los que son impotentes y dependen de los demás. El Hijo del Hombre no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida al servicio de los demás.

Una de las grandes lecciones de nuestro camino cristiano es la lección de la humildad. Santa Teresa de Ávila escribió: "La humildad es la verdad". Todos necesitamos crecer en la verdad de nuestra propia pequeñez y completa dependencia de Dios.

Conversación

Para comunicarnos no siempre hace falta hablar.
¿Puedo imaginarme sentado tranquilamente con Jesús?
Le miro en silencio y él a mí.
¿Cómo me siento?

Conclusión

Doy gracias a Dios por estos pocos momentos que hemos pasado juntos a solas y por cualquier detalle que se me haya dado sobre el texto.

Amén