Presencia

«Venid a mí todos los que estáis agobiados y yo os aliviaré». (Mateo 11:28). Aquí estoy, Señor. Vengo a buscar Tu presencia. Anhelo Tu poder sanador.

Libertad

Lléname de Tu Espíritu Santo, Señor,
para que tenga libertad interior.
Que Tu Espíritu infunda en mi corazón
el deseo de conocerte y amarte cada día más.

Conciencia

Mientras paso este tiempo contigo, Señor,
soy consciente de lo verdaderamente bendecido que soy.
Pienso en el amor y las gracias que hay en mi vida,
y me siento agradecido.

La Palabra de Dios

²⁸Cuando uno de los escribas se acercó, los oyó discutir, y reconociendo que les había contestado bien, le preguntó: ¿Cuál mandamiento es el más importante de todos? ²⁹ Jesús respondió: El más importante es: «Escucha, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es; ³⁰y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con toda tu fuerza». ³¹El segundo es este: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». No hay otro mandamiento mayor que estos. ³²Y el escriba le dijo: Muy bien, Maestro; con verdad has dicho que Él es uno, y no hay otro además de Él; ³³y que amarle con todo el corazón y con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y los sacrificios. ³⁴Viendo Jesús que él había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y después de eso, nadie se aventuraba a hacerle más preguntas.

Inspiración

Es muy raro encontrar en los Evangelios a nuestro Señor ensalzando a uno de los escribas. Puede decirse que nuestro Señor redujo todos los mandamientos a dos, a saber: amar a Dios y amar al prójimo. En realidad, son dos partes del único gran mandamiento del amor, pues amamos a Dios y al prójimo desde un corazón amoroso. En el orden de las cosas, Dios debe estar siempre en primer lugar. ¿Pongo siempre a Dios en primer lugar en mi vida? Él nunca puede ocupar el segundo lugar.

Conversación

Tus propias palabras, Señor, me enseñaron a rezar.
El hermoso «Padre Nuestro»
contiene todo lo que me gustaría decir.

Conclusión

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,
como era en el principio,
es ahora y será siempre,
mundo sin fin. Amén.

Amén