Viernes 18 Abril •Good Friday
Presencia
Cada momento está vivo con la gloriosa presencia de Dios. A medida que me entrego más y más a la comunión íntima con Aquel que me creó, descubro que sencillamente no tengo tiempo para preocuparme.
Libertad
Pido la gracia
para dejar de lado mis propias preocupaciones
y estar abierto a lo que Dios me pide,
dejarme guiar y ser formado(a) por mi amoroso Creador.
Conciencia
Estoy rodeado de Tu presencia amorosa, Señor,
pero soy consciente de mi fragilidad y debilidad.
Gracias porque puedo afrontar mis defectos
en Tu abrazo misericordioso.
La Palabra de Dios
Juan 19:17-42 LBLA17 Tomaron, pues, a Jesús, y Él salió cargando su cruz al sitio llamado el Lugar de la Calavera, que en hebreo se dice Gólgota, 18 donde le crucificaron, y con Él a otros dos, uno a cada lado y Jesús en medio. 19 Pilato también escribió un letrero y lo puso sobre la cruz. Y estaba escrito: JESÚS EL NAZARENO, EL REY DE LOS JUDÍOS. 20 Entonces muchos judíos leyeron esta inscripción, porque el lugar donde Jesús fue crucificado quedaba cerca de la ciudad; y estaba escrita en hebreo, en latín y en griego. 21 Por eso los principales sacerdotes de los judíos decían a Pilato: No escribas, «el Rey de los judíos»; sino que Él dijo: «Yo soy Rey de los judíos». 22 Pilato respondió: Lo que he escrito, he escrito.
23 Entonces los soldados, cuando crucificaron a Jesús, tomaron sus vestidos e hicieron cuatro partes, una parte para cada soldado. Y tomaron también la túnica; y la túnica era sin costura, tejida en una sola pieza. 24 Por tanto, se dijeron unos a otros: No la rompamos; sino echemos suertes sobre ella, para ver de quién será; para que se cumpliera la Escritura: Repartieron entre si mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.
25 Por eso los soldados hicieron esto. Y junto a la cruz de Jesús estaban su madre, y la hermana de su madre, María, la mujer de Cleofas, y María Magdalena. 26 Y cuando Jesús vio a su madre, y al discípulo a quien Él amaba que estaba allí cerca, dijo a su madre: ¡Mujer, he ahí tu hijo! 27 Después dijo al discípulo: ¡He ahí tu madre! Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su propia casa.
28 Después de esto, sabiendo Jesús que todo se había ya consumado, para que se cumpliera la Escritura, dijo: Tengo sed. 29 Había allí una vasija llena de vinagre; colocaron, pues, una esponja empapada del vinagre en una rama de hisopo, y se la acercaron a la boca. 30 Entonces Jesús, cuando hubo tomado el vinagre, dijo: ¡Consumado es! E inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
31 Los judíos entonces, como era el día de preparación para la Pascua, a fin de que los cuerpos no se quedaran en la cruz el día de reposo (porque ese día de reposo era muy solemne), pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y se los llevaran. 32 Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero, y también las del otro que había sido crucificado con Jesús; 33 pero cuando llegaron a Jesús, como vieron que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas; 34 pero uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza, y al momento salió sangre y agua. 35 Y el que lo ha visto ha dado testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice la verdad, para que vosotros también creáis. 36 Porque esto sucedió para que se cumpliera la Escritura: No será quebrado hueso suyo. 37 Y también otra Escritura dice: Miraran al que traspasaron.
38 Después de estas cosas, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a los judíos, pidió permiso a Pilato para llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato concedió el permiso. Entonces él vino, y se llevó el cuerpo de Jesús. 39 Y Nicodemo, el que antes había venido a Jesús de noche, vino también, trayendo una mezcla de mirra y áloe como de cien libras. 40 Entonces tomaron el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en telas de lino con las especias aromáticas, como es costumbre sepultar entre los judíos. 41 En el lugar donde fue crucificado había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual todavía no habían sepultado a nadie. 42 Por tanto, por causa del día de la preparación de los judíos, como el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús.
Inspiración
La historia evangélica de la vida, muerte y resurrección de Jesús es verdaderamente la historia de una vida entregada por los demás. En la Última Cena dijo: "Este es mi cuerpo entregado por vosotros", y "Este es el cáliz de mi sangre derramada por vosotros". Tomemos ahora cualquier parte de la Pasión, y pidamos una profunda compasión con Jesús en su sufrimiento y que le acompañemos en él.
El P. Pedro Arrupe SJ, antiguo padre general de la Compañía de Jesús, escribió que no podemos ser amigos de Jesús a la ligera. Debemos estar dispuestos a entrar con él en la nube del Calvario y a velar y rezar con él.
Conversación
¿Qué gracias quiere concederme Dios en este tiempo de oración? Si escucho en mi interior, en la quietud de mi corazón, ¿qué me está diciendo allí el Señor?
Conclusión
Doy gracias a Dios por Su don de amor
mientras avanzo con alegría y esperanza
para servir a Su pueblo.
Amén
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