Presencia

Mientras estoy aquí sentado, los latidos de mi corazón,
el ir y venir de mi respiración, los movimientos de mi mente,
son todos signos de la creación continua de Dios en mí.
Hago una pausa por un momento, y me doy cuenta
de esta presencia de Dios dentro de mí.

Libertad

Señor, Tú me concediste el gran don de la libertad.
En estos tiempos, Señor, concédeme ser libre
de cualquier forma de racismo o intolerancia.
Recuérdame, Señor, que todos somos iguales
a Tus ojos amorosos.

Conciencia

Jesús, gracias por este momento en el que soy consciente de Tu presencia conmigo. Ayúdame a ser cada vez más consciente de Tu presencia en mi vida cotidiana y en todas las personas con las que me encuentro.

La Palabra de Dios

³⁴Pero al oír los fariseos que Jesús había dejado callados a los saduceos, se agruparon; ³⁵ y uno de ellos, intérprete de la ley, para ponerle a prueba le preguntó: ³⁶Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento de la ley? ³⁷Y Él le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. ³⁸ Este es el grande y el primer mandamiento. ³⁹ Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. ⁴⁰De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas.

Inspiración

Todos los mandamientos se resumen en estos dos mandamientos, que en realidad son uno solo, puesto que salen del único corazón que vivimos y amamos. San Agustín dijo: 'Ama a Dios y luego haz lo que quieras'. El amor verdadero guiará todas nuestras acciones.

San Juan Vianney escribió: 'La humanidad tiene una noble tarea, la de la oración y el amor. Orar y amar, ésa es nuestra felicidad en la tierra'. De hecho, ése es todo el propósito de nuestra vida en la tierra, a saber, desarrollar nuestra propia capacidad individual de amar, dada por Dios, para que en el cielo podamos fundirnos con Dios, que es Amor.

Conversación

Me siento en silencio con mi Dios, que conoce cada uno de mis pensamientos, cada necesidad y cada deseo, y le permito que me de ministerio en este momento. Recibo el alimento que necesito para el viaje.

Conclusión

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,
como era en el principio,
es ahora y será siempre,
mundo sin fin. Amén.

Amén