Presencia

Cuanto más invocamos al Señor, más podemos sentir Su presencia. Día tras día, Él nos acerca a Su corazón amoroso.

Libertad

Señor, Tú me creaste para vivir en libertad. Que Tu Espíritu Santo me guíe para seguirte libremente. Infunde en mi corazón el deseo de conocerte y amarte cada día más.

Conciencia

Pregunto cómo estoy hoy dentro de mí.
¿Estoy especialmente cansado, estresado o fuera de forma?
Si se da alguna de estas condiciones,
¿puedo intentar desprenderme de las preocupaciones que me perturban?

La Palabra de Dios

¹Y aconteció que estando Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó también a sus discípulos. ²Y Él les dijo: Cuando oréis, decid:

«Padre, santificado sea tu nombre. Venga tu reino.

³Danos hoy el pan nuestro de cada día. ⁴Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación».^,

Inspiración

Más que ningún otro evangelista, San Lucas escribe sobre Nuestro Señor en oración. Debemos pedir a menudo a Dios que nos enseñe a crecer en la oración. Dom John Chapman OSB decía que debemos rezar como podamos, no como no podamos. Aprendemos a rezar haciéndolo, y cuanto más frecuentemente, mejor.

En el Padre Nuestro, Jesús nos enseña la actitud correcta que debemos tener en la oración, que Dios debe ocupar el primer lugar en nuestras vidas. También aprendemos que debemos tener perdón en nuestro corazón hacia los demás. En nuestras peticiones, debemos rezar no sólo por nosotros mismos, sino también por todas las personas.

Conversación

Los amigos no se guardan secretos.
Mientras rezo, ¿puedo mirar a Jesús como mi amigo
y compartir con Él mis pensamientos más íntimos,
confiando en que Él me comprende?

Conclusión

Lleno de la presencia amorosa de Dios,
le pido que me bendiga y guíe mis pasos
mientras voy a hacer Su obra en mi vida diaria.

Amén