Lunes de la segunda semana de Adviento: El Creador Materno
Presencia
Estar presente es llegar como uno es y abrirse al otro. En este instante, al llegar aquí, Dios está presente esperándome. Dios siempre llega antes que yo, deseando conectar conmigo
incluso más que mi amigo más íntimo. Me tomo un momento y saludo a mi Dios amoroso.
Escritura
Oseas 11:3-4 LBLA
Sin embargo yo enseñé a [Israel] andar a Efraín,
yo lo llevé en mis brazos;
pero ellos no comprendieron que yo los sanaba.
Con cuerdas humanas los conduje,
con lazos de amor,
y fui para ellos como
quien alza el yugo de sobre sus quijadas;
me incliné y les di de comer.
Reflexión
En estos primeros días de Adviento, podemos sentirnos inseguros acerca de nuestra dirección, inquietos por el silencio de la estación, agobiados por el recuerdo de fracasos pasados, propósitos rotos y remordimientos desgarradores. Podemos luchar para creer que Dios está con nosotros. Podemos luchar para creer en su perdón y en su amor.
Es un buen momento para recordar al Dios que con tanta frecuencia se describe en el Antiguo Testamento en términos de creador que amamanta y no de padre que juzga. Una y otra vez, se hace referencia a las acciones creadoras de Dios en términos de parto y alumbramiento. En Deuteronomio 32:18 Dios reprocha a Israel con estas palabras: «No tuvisteis en cuenta la Roca que os dio a luz; olvidasteis al Dios que os hizo nacer». En Isaías 46:3, Dios dice: «Escuchadme, casa de Jacob, todo el resto de la casa de Israel, que habéis sido llevados por mí desde vuestro nacimiento, llevados desde el vientre materno; hasta vuestra vejez yo soy; incluso cuando os salgan canas yo os llevaré. Yo he hecho y yo llevaré; yo llevaré y yo salvaré».
En Jeremías 31: 3,20 vienen las palabras profundamente conmovedoras: «¿Es Efraín mi hijo amado? ¿Es el hijo en quien me deleito? Por mucho que hable contra él, aún me acuerdo de él. Por eso estoy profundamente conmovido por él; ciertamente tendré piedad de él», dice el Señor.
Oración
Señor, todos somos Efraín. Concédenos a cada uno de nosotros la gracia de escuchar estas palabras pronunciadas por ti con ferviente amor en lo más íntimo de nuestra alma. Entonces, seguramente confiaremos en que tus manos bondadosas nos guiarán a través de este Adviento
Amén
Gloria a ti, Padre, fuente de todo ser,
a ti, Jesús, Verbo hecho carne,
a ti Espíritu Santo, Consolador,
como era antes de que comenzara el tiempo,
es ahora y será en el futuro.
Amén.