Lunes de la tercera semana de Adviento
Oración inicial
Dios, ilumina mi mente mientras vengo con un corazón humilde a escuchar tu verdad. Haz brillar tu luz sobre mí en este momento, ablandando mi corazón mientras sintonizo con tu sabiduría.
Escritura
Mateo 21:27
Y respondiendo a Jesús, dijeron: No sabemos. Él a su vez les dijo: Tampoco yo os diré con qué autoridad hago estas cosas.
Reflexión
Me gusta pintar en mi tiempo libre, y cuando creo un retrato de una persona, intento captar su parecido y transmitir su personalidad y esencia. Durante este tiempo, siento que estoy aprovechando un misterio de algo profundo dentro de mí y de la otra persona. Del mismo modo, todos tenemos el poder de aprovechar el misterio divino dedicando tiempo a rezar con Jesús, reflexionando sobre pasajes de las Escrituras, paseando por la naturaleza y percibiendo una visión de la esencia de Dios. Al mismo tiempo, somos tanto humanos como divinos -cada uno complementa al otro- y mantener el equilibrio entre ambos puede ser un reto para nosotros.
Muchas controversias siguieron a Jesús mientras predicaba el Evangelio. En la lectura de hoy, vemos cómo es desafiado por los sumos sacerdotes mientras enseña en el templo. Tampoco nosotros deberíamos sorprendernos cuando recibimos ataques por predicar el Evangelio. Haríamos bien en seguir el ejemplo de Jesús, siendo conscientes de nuestras palabras y acciones y manteniendo la calma, como hizo Él. Somos conscientes de que vino para llevar a las personas al pleno desarrollo de todo lo que pueden ser y están destinadas a ser. Él nos capacita para vivir de este modo derramando el Espíritu Santo en nuestros corazones.
Oración de reflexión
Señor, cuando me desafíen o no esté seguro de qué decir, dame tu sabiduría. Ayúdame a hablar con dulzura y verdad, manteniendo la calma como tú lo hiciste. Haz que mis palabras reflejen tu luz y mis acciones tu amor, con la esperanza de que los demás se sientan atraídos hacia ti.
Oración final
«Todo está relacionado, y los seres humanos estamos unidos como hermanos y hermanas en una maravillosa peregrinación, entretejidos por el amor que Dios tiene a cada una de sus criaturas, y que también nos une en entrañable afecto con el hermano sol, la hermana luna, el hermano río y la madre tierra.»- Papa Francisco(Laudato Si’)