Sábado de la primera semana de Adviento
Oración inicial
Al venir ante tu presencia, sintoniza mi corazón con los susurros de tu sabiduría, los impulsos de tu espíritu y la quietud de tu paz.
Escritura
Mateo 9:35-10:1,5-8
Y Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia.
Entonces llamando a sus doce discípulos, Jesús les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos y para sanar toda enfermedad y toda dolencia. A estos doce envió Jesús después de instruirlos, diciendo: No vayáis por el camino de los gentiles, y no entréis en ninguna ciudad de los samaritanos. 6 Sino id más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 7 Y cuando vayáis, predicad diciendo: «El reino de los cielos se ha acercado». 8 Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, expulsad demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.
Reflexión
Para mí, la imagen de un pastor es la de alguien que cuida, protege y guía a sus ovejas hacia un lugar seguro. Hemos sobrevivido a la infancia gracias a que personas importantes en nuestras vidas nos han supervisado. Los niños en un parque infantil son ajenos a la persona que está al mando, que los mantiene a salvo. Los parques infantiles son seguros y a la vez desafiantes, dependiendo de la edad y la personalidad del niño; algunos son precavidos, mientras que otros son amantes del riesgo. Es un trabajo que se oculta. Jesús intentó permanecer oculto en su ministerio, pero consiguió atraer y guiar a multitudes de personas con su compasión y sabiduría. Como cristianos, cuidar de una generación a otra puede ser un trabajo ingrato, pero que aporta paz, pues ayudamos a llevarnos unos a otros a casa. Nuestro verdadero hogar, que es la paz de Dios, no es una emoción pasajera, sino un don duradero que supera la comprensión humana (Filipenses 4:7). Sé fiel en la oración y permanece en el consuelo; es lo que anhelamos. Puede que no siempre nos demos cuenta, pero la paz durará toda la eternidad. El modelo de discipulado de Jesús es desafiante, pero gratificante. «El reino de los cielos se ha acercado».
Oración de reflexión
Señor, acércame a tu corazón, para que pueda compartir tu compasión.
Ayúdame a guiar suavemente a los demás hacia tu paz.
Que mis palabras y acciones revelen tu amor.
Que pueda ser una luz silenciosa para los que buscan, guiándoles a casa hacia ti.
Oración final
«En esta vida no podemos hacer grandes cosas. Sólo podemos hacer pequeñas cosas con gran amor. La paz comienza con una sonrisa».
– Santa Teresa de Calcuta