Oración inicial

Dios, haz que tu luz sanadora brille sobre mí, trayendo armonía a mi ser interior, mientras abro mi corazón a tu palabra.

Escritura

Isaías 43:1

Mas ahora, así dice el Señor tu Creador, oh Jacob,
y el que te formó, oh Israel:
No temas, porque yo te he redimido,
te he llamado por tu nombre; mío eres tú.

Reflexión

Esta promesa es cierta no sólo para los seguidores de Jesús, sino para todos los habitantes de esta tierra. Este mensaje es todo lo que necesito oír. Pase lo que pase en este mundo o en nuestras vidas, esta promesa nos llama a no temer y nos ha llamado por nuestro nombre. Nos recuerda nuestro lugar, nos valora y nos aprecia, nos ayuda a comprender nuestra valía y nuestro valor a los ojos de Dios. Todas las personas son creadas por Dios y creadas a imagen de Dios. Todas las personas son amadas por Dios, y Él conoce el corazón de cada uno de nosotros. Seamos jóvenes o mayores, anhelamos oír esto. Es algo tan sencillo, pero tan poderoso, decirle a alguien lo orgulloso que estás de él y lo mucho que le quieres. Cuando nos presentan a alguien, iniciamos una conexión. El acto de llamar a alguien «mío» implica que quieres estar en una relación en la que tú eres exclusivamente suyo y él es tuyo. Significa un amor y un compromiso incondicionales y eternos por ambas partes. Dios nos invita a descansar en Él.

Oración de reflexión

Señor, me llamas por mi nombre y me consideras tuyo.
Despierta en mí un hambre silenciosa de ti.
Deja que mi corazón descanse en la verdad de que soy amado.
Acércame a la quietud de tu luz y al calor de tu presencia.

Oración final

Proverbios 3:5-6

Confía en el Señor con todo tu corazón,
y no te apoyes en tu propio entendimiento.
Reconócele en todos tus caminos,
y Él enderezará tus sendas.