Viernes de la 5ª semana de Cuaresma
Oración inicial
Señor, concédeme verte más claramente,
amarte más entrañablemente, y seguirte más de cerca,
día a día.
Escritura
Lucas 19:1-10
19 Habiendo entrado Jesús en Jericó, pasaba por la ciudad. 2 Y un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de los recaudadores de impuestos y era rico, 3 trataba de ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, ya que él era de pequeña estatura. 4 Y corriendo delante, se subió a un sicómoro para verle, porque Jesús estaba a punto de pasar por allí. 5 Cuando Jesús llegó al lugar, miró hacia arriba y le dijo: Zaqueo, date prisa y desciende, porque hoy debo quedarme en tu casa. 6 Entonces él se apresuró a descender y le recibió con gozo. 7 Y al ver esto, todos murmuraban, diciendo: Ha ido a hospedarse con un hombre pecador. 8 Y Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he defraudado a alguno, se lo restituiré cuadruplicado. 9 Y Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa, ya que él también es hijo de Abraham; 10 porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Reflexión
La historia de Zaqueo, el jefe de los recaudadores de impuestos, demuestra el poder radical del encuentro con Jesús. A pesar de ser un personaje rico y despreciado, la curiosidad de Zaqueo le lleva a buscar a Jesús, que a su vez se invita a sí mismo a la casa de Zaqueo. Este inesperado acto de gracia lleva a Zaqueo a arrepentirse y a comprometerse con la restitución y la generosidad. La narración nos anima a estar abiertos a encuentros transformadores con Cristo, reconociendo que Su presencia puede inspirar un cambio profundo y conducirnos a una vida de integridad y compasión.
La interacción de Jesús con Zaqueo desafía los juicios y estereotipos sociales. Mientras otros ven a Zaqueo únicamente como un pecador y un traidor, Jesús ve su potencial de bondad y redención. Esta perspectiva nos invita a mirar más allá de las etiquetas externas y las acciones pasadas de las personas, reconociendo su valor inherente y su potencial de cambio. Adoptando el enfoque de Jesús de ver a la persona real tras la imagen pública, podemos fomentar una comunidad más compasiva y justa en la que todos tengan la oportunidad de crecer y ser transformados por el amor de Dios.
Contemplación
Me tomo unos instantes para imaginar la escena del relato evangélico que acabo de leer. Dejo que las palabras cobren vida en mi corazón. Visualizo el acontecimiento como si estuviera allí y formara parte de la historia. Presto atención a todos los detalles, las imágenes, los sonidos, los sabores, los olores y los sentimientos del acontecimiento. Me imagino como uno de los personajes de la escena o como yo mismo presente en la historia. ¿Qué mensaje tiene Jesús para mí? ¿Cómo me está hablando Dios personalmente a través de esta historia? Abro mi corazón a la inspiración del Espíritu Santo.
Acción de Gracias
Pido a Dios, Padre, que me dé una conciencia clara de los muchos dones que he recibido,
para que, lleno de gratitud por todo, pueda en todo amar y servir a la Majestad Divina.
Compañeros peregrinos
No dejes para mañana el bien que puedas hacer hoy. Puede que no tengas un mañana.
– San Juan Bosco
Oración final
Cristo conmigo,
Cristo ante mí,
Cristo detrás de mí,
Cristo en mí,
Cristo debajo de mí,
Cristo arriba de mí,
Cristo a mi derecha,
Cristo a mi izquierda,
Cristo cuando me acuesto,
Cristo cuando me siento,
Cristo cuando me levanto,
Cristo en el corazón de todo el que piensa en mí,
Cristo en la boca de todo el que habla de mí,
Cristo en todo ojo que me ve,
Cristo en todo oído que me oye.
¡Gracias sean dadas a Dios por Jesucristo nuestro Señor!
Amén.