Holy Saturday
Oración inicial
Señor, concédeme verte más claramente,
amarte más entrañablemente, y seguirte más de cerca,
día a día.
Escritura
Lucas 24:1-7
24 Pero el primer día de la semana, al rayar el alba, las mujeres vinieron al sepulcro trayendo las especias aromáticas que habían preparado. 2 Y encontraron que la piedra había sido removida del sepulcro, 3 y cuando entraron, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. 4 Y aconteció que estando ellas perplejas por esto, de pronto se pusieron junto a ellas dos varones en vestiduras resplandecientes; 5 y estando ellas aterrorizadas e inclinados sus rostros a tierra, ellos les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? 6 No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos cómo os habló cuando estaba aún en Galilea, 7 diciendo que el Hijo del Hombre debía ser entregado en manos de hombres pecadores, y ser crucificado, y al tercer día resucitar.
Reflexión
El descubrimiento de la tumba vacía y la proclamación angélica: «No está aquí, sino que ha resucitado», marcan el triunfo de la vida sobre la muerte y el cumplimiento de la promesa de Jesús. Este momento de revelación divina transforma el dolor y la confusión de las mujeres en alegría y esperanza. Nos anima a aferrarnos a las promesas de Cristo, incluso en momentos de desesperación e incertidumbre. La resurrección nos asegura que el poder de Dios para traer nueva vida y esperanza trasciende todas las circunstancias, invitándonos a vivir con un sentido renovado de propósito y fe.
El recordatorio de los ángeles a las mujeres de la profecía de Jesús sobre Su muerte y resurrección pone de relieve la importancia de recordar y confiar en Sus palabras. A pesar de su miedo y confusión iniciales, las mujeres se tranquilizan al recordar las enseñanzas de Jesús. Esto nos anima a aferrarnos a las palabras y promesas de Cristo, especialmente en los momentos difíciles. Si nos basamos en Sus enseñanzas y confiamos en Su fidelidad, podremos navegar por las incertidumbres de la vida con una sensación de paz y seguridad, sabiendo que el plan de Dios se está desarrollando aunque no podamos verlo con claridad.
Contemplación
Me tomo unos instantes para imaginar la escena del relato evangélico que acabo de leer. Dejo que las palabras cobren vida en mi corazón. Visualizo el acontecimiento como si estuviera allí y formara parte de la historia. Presto atención a todos los detalles, las imágenes, los sonidos, los sabores, los olores y los sentimientos del acontecimiento. Me imagino como uno de los personajes de la escena o como yo mismo presente en la historia. ¿Qué mensaje tiene Jesús para mí? ¿Cómo me está hablando Dios personalmente a través de esta historia? Abro mi corazón a la inspiración del Espíritu Santo.
Acción de Gracias
Pido a Dios, Padre, que me dé una conciencia clara de los muchos dones que he recibido,
para que, lleno de gratitud por todo, pueda en todo amar y servir a la Majestad Divina.
Compañeros peregrinos
Señor, concédeme, te lo ruego en nombre de Jesucristo, tu Hijo, mi Dios, ese amor que no conoce caída, para que mi lámpara sienta el toque del encendido y no conozca el apagado, arda por mí y por los demás alumbre.
– San Columbano
Oración final
Cristo conmigo,
Cristo ante mí,
Cristo detrás de mí,
Cristo en mí,
Cristo debajo de mí,
Cristo arriba de mí,
Cristo a mi derecha,
Cristo a mi izquierda,
Cristo cuando me acuesto,
Cristo cuando me siento,
Cristo cuando me levanto,
Cristo en el corazón de todo el que piensa en mí,
Cristo en la boca de todo el que habla de mí,
Cristo en todo ojo que me ve,
Cristo en todo oído que me oye.
¡Gracias sean dadas a Dios por Jesucristo nuestro Señor!
Amén.