Wednesday of Holy week
Oración inicial
Señor, concédeme verte más claramente,
amarte más entrañablemente, y seguirte más de cerca,
día a día.
Escritura
Lucas 22:39-46
39 Y saliendo, se encaminó, como de costumbre, hacia el monte de los Olivos; y los discípulos también le siguieron. 40 Cuando llegó al lugar, les dijo: Orad para que no entréis en tentación. 41 Y se apartó de ellos como a un tiro de piedra, y poniéndose de rodillas, oraba, 42 diciendo: Padre, si es tu voluntad, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. 43 Entonces se le apareció un ángel del cielo, fortaleciéndole. 44 Y estando en agonía, oraba con mucho fervor; y su sudor se volvió como gruesas gotas de sangre, que caían sobre la tierra. 45 Cuando se levantó de orar, fue a los discípulos y los halló dormidos a causa de la tristeza, 46 y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos y orad para que no entréis en tentación.
Reflexión
En el huerto de Getsemaní, la oración de Jesús: «Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya», ejemplifica la entrega definitiva a la voluntad de Dios. A pesar de enfrentarse a una angustia inmensa y a la perspectiva del sufrimiento, Jesús elige someterse al plan del Padre. Este momento personal entre el Padre y el Hijo nos demuestra que debemos confiar en la sabiduría y la bondad de Dios, incluso cuando nos enfrentamos a situaciones difíciles y dolorosas. Al alinear nuestra voluntad con la de Dios, encontramos fuerza y paz, sabiendo que Él está con nosotros en cada prueba.
La intensa oración de Jesús en el huerto, marcada por la seriedad y la profunda angustia física, subraya la importancia de la oración persistente y sincera en tiempos de prueba. Su instrucción a los discípulos de «orad para que no entréis en el tiempo de la prueba» pone de relieve la necesidad de la vigilancia espiritual y la confianza en Dios. Este pasaje nos inspira a cultivar una vida de oración disciplinada, buscando constantemente la guía y la fuerza de Dios. Mediante la oración persistente, nos fortificamos contra los retos que afrontamos y permanecemos conectados a la gracia sustentadora de Dios.
Contemplación
Me tomo unos instantes para imaginar la escena del relato evangélico que acabo de leer. Dejo que las palabras cobren vida en mi corazón. Visualizo el acontecimiento como si estuviera allí y formara parte de la historia. Presto atención a todos los detalles, las imágenes, los sonidos, los sabores, los olores y los sentimientos del acontecimiento. Me imagino como uno de los personajes de la escena o como yo mismo presente en la historia. ¿Qué mensaje tiene Jesús para mí? ¿Cómo me está hablando Dios personalmente a través de esta historia? Abro mi corazón a la inspiración del Espíritu Santo.
Acción de Gracias
Pido a Dios, Padre, que me dé una conciencia clara de los muchos dones que he recibido,
para que, lleno de gratitud por todo, pueda en todo amar y servir a la Majestad Divina.
Compañeros peregrinos
Si un sueño se cae y se rompe en mil pedazos… nunca tengas miedo de recoger uno de esos pedazos y volver a empezar. Ésa es la belleza de estar vivo… Siempre podemos volver a empezar. Disfruta de las increíbles oportunidades que Dios nos ha concedido. Ten fe en Él siempre.
– Santa Bernadette (festivo)
Oración final
Cristo conmigo,
Cristo ante mí,
Cristo detrás de mí,
Cristo en mí,
Cristo debajo de mí,
Cristo arriba de mí,
Cristo a mi derecha,
Cristo a mi izquierda,
Cristo cuando me acuesto,
Cristo cuando me siento,
Cristo cuando me levanto,
Cristo en el corazón de todo el que piensa en mí,
Cristo en la boca de todo el que habla de mí,
Cristo en todo ojo que me ve,
Cristo en todo oído que me oye.
¡Gracias sean dadas a Dios por Jesucristo nuestro Señor!
Amén.