Miércoles de la 4ª semana de Cuaresma
Oración inicial
Señor, concédeme verte más claramente,
amarte más entrañablemente, y seguirte más de cerca,
día a día.
Escritura
Lucas 10:1-12
10 Después de esto, el Señor designó a otros setenta, y los envió de dos en dos delante de Él, a toda ciudad y lugar adonde Él había de ir. 2 Y les decía: La mies es mucha, pero los obreros pocos; rogad, por tanto, al Señor de la mies que envíe obreros a su mies. 3 Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos. 4 No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y a nadie saludéis por el camino. 5 En cualquier casa que entréis, decid primero: «Paz a esta casa». 6 Y si hay allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; pero si no, se volverá a vosotros. 7 Permaneced entonces en esa casa, comiendo y bebiendo lo que os den; porque el obrero es digno de su salario. No os paséis de casa en casa. 8 En cualquier ciudad donde entréis y os reciban, comed lo que os sirvan; 9 sanad a los enfermos que haya en ella, y decidles: «Se ha acercado a vosotros el reino de Dios». 10 Pero en cualquier ciudad donde entréis, y no os reciban, salid a sus calles, y decid: 11 «Hasta el polvo de vuestra ciudad que se pega a nuestros pies, nos lo sacudimos en protesta contra vosotros; empero sabed esto: que el reino de Dios se ha acercado». 12 Os digo que en aquel día será más tolerable el castigo para Sodoma que para aquella ciudad.
Reflexión
La instrucción de Jesús a Sus discípulos de viajar ligeros de equipaje y no agobiarse con posesiones materiales subraya la urgencia y la importancia de su misión. Al enviarles con unas provisiones mínimas, Jesús les enseña que es crucial confiar en la providencia de Dios y en la hospitalidad de los demás. Esto nos anima a centrarnos en nuestra vocación espiritual con un sentido de urgencia y propósito, confiando en que Dios proveerá nuestras necesidades mientras nos dedicamos a difundir Su mensaje de amor y salvación.
Los discípulos deben ser portadores de paz y agentes de curación. Jesús les ordena que ofrezcan la paz en cada casa en la que entren y que curen a los enfermos, demostrando que el Reino de Dios está cerca. Esta misión de paz y curación nos llama a ser instrumentos del amor de Dios en nuestras interacciones cotidianas, fomentando la armonía y llevando la plenitud a quienes nos rodean. Al encarnar estos valores, participamos en la labor transformadora del Reino de Dios, marcando una diferencia tangible en nuestras comunidades.
Contemplación
Me tomo unos instantes para imaginar la escena del relato evangélico que acabo de leer. Dejo que las palabras cobren vida en mi corazón. Visualizo el acontecimiento como si estuviera allí y formara parte de la historia. Presto atención a todos los detalles, las imágenes, los sonidos, los sabores, los olores y los sentimientos del acontecimiento. Me imagino como uno de los personajes de la escena o como yo mismo presente en la historia. ¿Qué mensaje tiene Jesús para mí? ¿Cómo me está hablando Dios personalmente a través de esta historia? Abro mi corazón a la inspiración del Espíritu Santo.
Acción de Gracias
Pido a Dios, Padre, que me dé una conciencia clara de los muchos dones que he recibido,
para que, lleno de gratitud por todo, pueda en todo amar y servir a la Majestad Divina.
Compañeros peregrinos
El mayor valor de la vida no es lo que obtienes. El mayor valor de la vida es aquello en lo que te conviertes.
– Jim Rohn
Oración final
Cristo conmigo,
Cristo ante mí,
Cristo detrás de mí,
Cristo en mí,
Cristo debajo de mí,
Cristo arriba de mí,
Cristo a mi derecha,
Cristo a mi izquierda,
Cristo cuando me acuesto,
Cristo cuando me siento,
Cristo cuando me levanto,
Cristo en el corazón de todo el que piensa en mí,
Cristo en la boca de todo el que habla de mí,
Cristo en todo ojo que me ve,
Cristo en todo oído que me oye.
¡Gracias sean dadas a Dios por Jesucristo nuestro Señor!
Amén.