Estamos aquí para amar y servir a Dios
El examen es una herramienta que utilizamos a lo largo del camino: para encontrar a Dios en nuestras vidas, para descubrir lo que hay que hacer, para reflexionar sobre nuestras acciones y motivaciones y para tomar buenas decisiones.
Eso es, en pocas palabras, la espiritualidad ignaciana. Ignacio unió la contemplación y la acción, pero el aliado principal de la alianza es la acción. En el esquema ignaciano de las cosas, amamos y servimos a Dios uniéndonos a Cristo en la obra de salvar y sanar al mundo. El fin del examen es la acción: responder a Dios más fielmente, discernir nuestro papel en la misión de Cristo y tomar buenas decisiones sobre cómo cumplirla.
Extracto de A Simple Life-Changing Prayer por Jim Manney (p. 76)