Eso no es lo que esperaba….

Las expectativas infladas y el deseo de repetir experiencias anteriores pueden convertirse en apegos inútiles que nos atrapan en el pasado e impiden aceptar las nuevas realidades. Si no se examinan, las expectativas pueden convertirse en ídolos que dominan nuestro pensamiento y nos quitan la paz, por lo que es necesario comprobar la realidad para hacerles frente. La libertad ignaciana es lo contrario: aceptar libremente las nuevas condiciones como dones, sin dejarse limitar por ideas preconcebidas o expectativas, para encontrar la novedad de Dios en las situaciones actuales.

Extraído de Brothers in Arms de Brendan McManus SJ (p.39)