Juan 10:22-30 LBLA
22 En esos días se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. 23 Era invierno, y Jesús andaba por el templo, en el pórtico de Salomón. 24 Entonces los judíos le rodearon, y le decían: ¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Cristo, dínoslo claramente. 25 Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en el nombre de mi Padre, estas dan testimonio de mí. 26 Pero vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas. 27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen; 28y yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de mi mano. 29 Mi Padre que me las dio es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano del Padre. 30 Yo y el Padre somos uno.
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Reflexión on Juan 10:22-30 LBLA
Inspiración - 2025-05-13 Oración diaria
Cuando los judíos interrogan a Jesús sobre sus acciones y enseñanzas, lo hacen claramente en el contexto de sus propias ideas sobre el Mesías. Le piden que les diga claramente si es el Mesías. Pero cuando les dice que él y el Padre son uno y lo respalda con sus milagros, se niegan a creer en él. ¿Qué hay de nuestra propia fe en sus palabras? Podemos reconocer que es Dios con la cabeza, pero esto tiene que hacer el largo viaje hasta nuestro corazón, pues es de nuestro corazón de donde vivimos.