Mateo 10:34-11:1 LBLA

34 No penséis que vine a traer paz a la tierra; no vine a traer paz, sino espada.

35Porque vine a poner al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; 36y los enemigos del hombre serán los de su misma casa.

37El que ama al padre o a la madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama al hijo o a la hija más que a mí, no es digno de mí. 38Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. 39El que ha hallado su vida, la perderá; y el que ha perdido su vida por mi causa, la hallará.

40 El que os recibe a vosotros, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. 41 El que recibe a un profeta como profeta, recibirá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo como justo, recibirá recompensa de justo. 42Y cualquiera que como discípulo dé de beber aunque solo sea un vaso de agua fría a uno de estos pequeños, en verdad os digo que no perderá su recompensa.

1Y sucedió que cuando Jesús terminó de dar instrucciones a sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y predicar en las ciudades de ellos.


Reflexión on Mateo 10:34-11:1 LBLA

Inspiración - 2025-07-14 Oración diaria

En el principio fundamental de sus Ejercicios Espirituales, San Ignacio escribió: «El hombre ha sido creado para alabar, reverenciar y servir a Dios, y de este modo salvar su alma». Porque Dios es Dios, nunca puede ocupar un segundo lugar en nuestras vidas. Debe ocupar siempre el primer lugar, aunque eso signifique que perdamos nuestra vida física. El Papa Francisco nos ha pedido que reflexionemos sobre los ídolos que podemos estar anteponiendo a Dios en nuestras vidas. Recemos para obtener luz y discernimiento al respecto.