Por un mundo de justicia y paz

La humanidad tiene poca memoria e imagina que los intocables de hoy seguirán en la cúspide para siempre, pero la historia demuestra que la única roca verdadera y eterna es la del Señor. El cristiano, al tratar de comprender la venida del Mesías, recibe imágenes de una comunidad de fe hebrea que tenía la visión de un mundo de justicia y paz. Cristo poseía esas imágenes y nosotros hemos recibido el legado del reino fundado sobre los principios que él mostró y enseñó desde el día de su nacimiento, y hacia los que seguimos sintiéndonos atraídos.

Extraído de Hacia la luz: Lecturas diarias para Adviento y Navidad de John Mann (p.14)