Viva la indiferencia

Preguntarse por su libertad interior, investigar cuál es realmente su propósito en la vida, es valioso para su búsqueda personal de más calidad de vida. Aquí son importantes la sutileza y la humildad. Es casi inevitable que nos apeguemos a nosotros mismos de una manera que puede hacer que nuestro yo interior no sea libre. Cuando era un joven jesuita, un hermano mayor me habló de los conejos blancos: un niño pequeño muestra a su mejor amigo su armario de juguetes y le dice: ‘Te quiero, puedes elegir lo que quieras, es un regalo para ti. Sólo… mi conejo blanco, no puedes cogerlo, porque verdaderamente es sólo para mí’.

Todos tenemos unos cuantos conejos blancos, cosas grandes o pequeñas, posturas, dinámicas… a las que estamos más apegados de lo que nos gustaría y de las que a veces no nos sentimos orgullosos. Es la naturaleza humana. Es un gran paso admitir que existen. Tal vez con el paso de los años puedas despedirte de tu conejo blanco, pero es muy probable que otra cosa lo sustituya.

Extracto de Living with Ignatius: On the Compass of Joy por Nikolaas Sintobin SJ (pp.36-37)