Lucas 4:1-13 LBLA
1Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu en el desierto 2por cuarenta días, siendo tentado por el diablo. Y no comió nada durante esos días, pasados los cuales tuvo hambre. 3Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. 4Jesús le respondió: Escrito está: «No solo de pan vivirá el hombre».
5Llevándole a una altura, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo. 6Y el diablo le dijo: Todo este dominio y su gloria te daré; pues a mí me ha sido entregado, y a quien quiero se lo doy. 7Por tanto, si te postras delante de mí, todo será tuyo. 8Respondiendo Jesús, le dijo:
«Al Señor tu Dios adorarás, y a Él solo servirás».
9Entonces el diablo le llevó a Jerusalén y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, lánzate abajo desde aquí, 10pues escrito está:
«A sus Ángeles te encomendará para que te guarden»,
11y:
«en las manos te llevarán, no sea que tu pie tropiece en piedra».
12Respondiendo Jesús, le dijo: Se ha dicho: «No tentaras al Señor tu Dios». 13Cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se alejó de Él esperando un tiempo oportuno.
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Reflexión on Lucas 4:1-13 LBLA
Inspiración - 2025-03-09 Oración diaria
Después de su bautismo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, es conducido a un lugar de soledad para su preparación final para su misión. Leemos que Jesús invitó a sus apóstoles a apartarse a un lugar tranquilo, que era para estar consigo mismo. Nos ayuda apartarnos regularmente del ajetreo de la vida para ir a un lugar tranquilo donde reflexionar y orar.
La tentación es siempre una cuestión de identidad propia. Se nos define por lo que hacemos más que por lo que decimos. Como seguidores de Cristo, intentamos vivir según un determinado código moral, pero hay ciertas cosas que seguimos sin hacer. Pidamos la gracia de buscar y hacer siempre la voluntad de Dios para nosotros.