Comunicándose con la Naturaleza
Durante esta época del año, me doy cuenta de que me alejo del ajetreado ritmo del mundo para buscar un tiempo tranquilo de reflexión. La naturaleza es parte integrante de mi vida espiritual cotidiana. En el espacio sagrado del mundo natural, siento una profunda sensación de lo que significa formar parte de la red de la vida, de pertenecer a una conciencia cósmica mayor.
Para mí, mi conexión íntima con Dios en la naturaleza es el Espíritu Santo en acción. Desde hace mucho tiempo mantengo una fuerte conexión con todos los seres vivos del planeta. Mi deseo de vivir de un modo más sostenible y consciente es la forma en que respondo a la llamada de Laudato Si’ a tener una conversión ecológica.
Un enfoque de la espiritualidad basado en la naturaleza podría ser la solución a nuestros sentimientos de alienación y desconexión de la Iglesia, de nuestra comunidad global e incluso de nuestro papel en la actual crisis mundial del cambio climático. Al proponernos restablecer esta conexión para superar las actuales crisis socioecológicas que amenazan nuestra supervivencia como especie en el planeta, también profundizamos en nuestra propia fe. Como Thomas Berry observó sabiamente: «El destino de los humanos no puede separarse del destino de la tierra».
Extraído del Mensajero del Sagrado Corazón, diciembre de 2021