Descubrir a Dios diariamente
Encontrar a Dios en el desorden de nuestras vidas es un enorme desafío. Muchos prefieren evadirse en experiencias sanitizantes, dichosas y «santas», alejadas del bullicio cotidiano que nos rodea. El reto sigue siendo creer que Dios está con nosotros y que, aunque no es el causante del caos y la imprevisibilidad de la vida, actúa poderosamente para formarnos y moldearnos a través de estas experiencias. Pensemos en la imagen del alfarero y el barro (Jeremías 18:1-4), donde el hecho de romperse y rehacerse revela la naturaleza del cuidado amoroso de Dios, y donde las ideas de perfección y de «hacerlo bien a la primera» son inútiles.
Extraído de Descubrir a Dios cada día: Siete momentos del viaje de San Ignacio que cambian la vida por Brendan McManus SJ y Jim Deeds
(p.8)