Dios con nosotros
Deberíamos mantener un ojo y un oído abiertos en la liturgia y en nuestra lectura de la Biblia para captar las numerosas referencias a que Dios está «con» nosotros y con sus otros siervos elegidos, de modo que podamos apreciar todo su significado teológico. Esto debería animarnos a apreciar la profundidad y todas las implicaciones del saludo universal, aparentemente sencillo, con el que los cristianos estamos tan familiarizados que se nos escapa regularmente sin que lo apreciemos: «El Señor esté con vosotros». Oírlo de boca del sacerdote en la Misa debería detenernos regularmente en nuestro camino: no es sólo una bendición, es siempre también un desafío. Como vemos a lo largo de la Biblia, implica un encargo particular previo que hemos recibido personalmente de Dios. Debería recordarnos que Dios promete estar siempre «con nosotros», como Jesús resucitado prometió a sus discípulos (Mateo 28:20), independientemente de -e incluso a causa de- nuestras incapacidades, para que Dios pueda realizar a través de nosotros lo que nos está pidiendo en este momento de nuestras vidas. Ésa es el punto.
Extraído de El Espacio Sagrado: El Compañero de Los Jesuitas Irlandeses (p.68)