El consuelo de saber que Dios está cerca
Conocí a un hombre que luchó contra el cáncer hasta el final. Recurrió a todo tipo de curación posible. A todos nos habían dicho que no funcionaría. Conozco a otro que se rindió de todo y ni siquiera aceptó la quimio. Son enfoques diferentes del sufrimiento. Uno luchó contra ello y el otro lo aceptó. Admiraba a ambos.
Muchas personas van al hospital preguntándose por su enfermedad, y les preocupa que la muerte pueda estar cerca. Eso forma parte de la vida. En cuanto a Jesús: es un momento de miedo, confuso, y a veces nos lleva a tener más fe. Podemos transformar nuestro dolor en sufrimiento, y encontrar grandes gracias en él. Existe el reto de encontrar nueva vida en él. El dolor se convierte en sufrimiento. Jesús no quiere el cáliz del jardín, sino que permite que forme parte de él por completo, ¡para que su fuerza interior sea grande! No significa un enfoque simplista, sino una aceptación de la oscuridad en la vida.
Jesús descubrió en su pasión que Dios Padre está cerca. Este puede ser nuestro camino y podemos encontrarlo ayudándonos unos a otros. Podemos ayudar a la gente en momentos de sufrimiento: escuchando, estando presentes. Lo encontramos en
nuestros corazones, no en los libros – descubrimos que podemos crecer a través del sufrimiento y nos damos cuenta en un mal día de que la paz invade el alma, o de que hay una luz brillante en la oscuridad-.
Extraído de Reflexiones evangélicas para los domingos del Año B por Donal Neary SJ