Entablar una relación más estrecha con Dios

La reflexión sobre el camino de la vida nos invita a apreciar nuestros dones, así como nuestras áreas de lucha, para que podamos crecer en apertura al Señor y a su camino. Durante su estancia en el desierto, el Pueblo Elegido sufrió cambios en su relación con Dios, con Moisés y entre sí. A veces, estos cambios fueron positivos, pero, en otras ocasiones, no fue así. Los Mandamientos les enseñaron acerca de un Dios de amor que les llamaba a una verdadera relación con Dios y entre ellos. Les recordaban que Dios estaba cerca de ellos, preocupado por ellos y comprometido con ellos. Su imagen de Dios cambió, al igual que su relación con Él. El pacto les convirtió en un pueblo vinculado al Señor de un modo especial. La ley del amor debía guiar sus relaciones. Mientras eso les guió a veces, en otras ocasiones siguieron su propio camino, llegando incluso a fabricar y adorar dioses falsos. A veces primaban los intereses egoístas, y se perdía la visión más amplia. Del mismo modo, estamos hechos a imagen de Dios, con potencial para crecer. Como personas de la Nueva Alianza, se nos otorga una dignidad especial y se nos invita a una relación más estrecha con Dios. Nuestra imagen de Dios y de nosotros mismos puede cambiar. Al crecer en el conocimiento de nosotros mismos, podemos ampliar la libertad que tenemos para responder al Señor viviendo el mandamiento del amor. Sin embargo, también podemos seguir nuestro propio camino, encontrando y adorando falsos dioses. Las elecciones que hacemos tienen implicaciones para nuestra relación con el Señor y entre nosotros. Reflexionando sobre nuestra experiencia y aprendiendo de ella, se abre el camino hacia el cambio y hacia una vida más fiel a la verdad que el Señor nos revela.

Extraído de Ver a Dios Actuar: El Ministerio de la Dirección Espiritual por Michael Drennan SJ