Estar “en casa” con la Biblia
Cuando estamos afligidos o tenemos dudas, sabemos que podemos recurrir a la Biblia con confianza. Cuando recurrimos a la Biblia, a versículos concretos, estamos de hecho haciendo nuestro propio mapa personal de los espacios en los que nos sentimos a gusto con Dios y con nosotros mismos. Estos espacios se convierten en nuestro hogar. Podemos visitarlos al empezar el día o tomarnos un descanso en ellos por la noche. Se convierten en lugares donde echamos raíces y crecemos, como el árbol fructífero del primer salmo, “cuyas hojas nunca se marchitan”.
La Biblia y los evangelios nos recuerdan que ¡nunca volvemos solos a casa! La palabra de Dios es una invitación a entablar una conversación, verbal o silenciosa. A menudo, esta conversación nos llevará a la variada compañía de las personas de las historias bíblicas.
Sentirse en casa con la Palabra de Dios nos permite momentos de soledad cuando lo necesitamos. También nos ofrece la interesante compañía de personas que pueden consolarnos cuando estamos turbados y perturbarnos cuando estamos demasiado cómodos.
Alan Hilliard El Mensajero del Sagrado Corazón