La «Lenta Obra de Dios»
La Buena Noticia es que el espíritu habita en cada uno de nosotros y todos somos peregrinos en un viaje hacia Dios. El espíritu actúa continuamente en nuestras vidas y cada experiencia es una oportunidad para crecer y profundizar en la vida que llevamos dentro. Sin embargo, el problema puede ser que a veces no reconocemos que «Dios viene a nosotros disfrazado de nuestra vida» (Richard Rohr) y no podemos creer que nuestra experiencia pueda ser el lugar de un encuentro divino, que tenga sentido. A menudo, también, nos enfrentamos a situaciones enormemente desafiantes de enfermedad, sufrimiento y pérdida, que parecen inicialmente demasiado horribles y angustiosas para tener otro significado. Encontrar a Dios en el desorden de nuestras vidas es un enorme desafío. Muchos prefieren escapar a una experiencia purificante, feliz y «santificante», alejadas del bullicio cotidiano que nos rodea. El reto sigue siendo creer que Dios está con nosotros y, aunque no es el causante del caos y la imprevisibilidad de la vida, trabaja poderosamente para formarnos y moldearnos a través de estas experiencias.
Extraído de Descubre a Dios a diario de Brendan McManus SJ y Jim Deeds (p.6)