Reunirse en Cristo
En el relato de la Pasión hay dos tazones de agua. Una es el de Pilato, utilizado para lavarse a sí mismo de toda responsabilidad. El otro es aquel con la que Jesús baña a los demás, empapándolos de amor pródigo.
Los dos tazones están siempre ante nosotros en la vida. Jesús nos muestra que cuando te pones del lado de los desposeídos, tu espíritu se profundiza y crece. Cuando se reduce nuestra autoobsesión, tu vida se expande y tu horizonte se amplía. Recoger la toalla no es convertirse en un tapete. No estamos llamados a servir a los deseos de la gente, sino a sus necesidades. Servimos a los demás en nombre de Cristo. Compartimos lo que tenemos, pero, lo que es más importante, lo que somos, especialmente con las personas rechazadas y alienadas. Son la presencia vital que nos transforma mostrándonos el corazón de Dios, los profetas, predicadores y testigos provocadores del Evangelio. Nos desafían con preguntas que nos perturban e inquietan, mientras nos llevan a mirar la Pasión y la Pascua con ojos y corazones nuevos.
La Pascua nos invita a recordar al Señor cuando nos reunimos en comunidad para la Eucaristía. Él nos confía su futuro en el mundo mediante la Iglesia.
John Cullen El Mensajero del Sagrado CorazónAbril 2022