Vigilar y rezar

Si no nos esforzamos por renovar diariamente nuestro amor a Dios, nos volveremos cada vez más tibios. Y cuanto más nos hundamos en el sueño de la mediocridad, más temeremos encontrarnos con Jesús en el camino de la Cruz. Necesitamos la vigilancia de la oración para recuperar nuestra conciencia espiritual. La oración nos saca de la trivialidad de una existencia centrada en nosotros mismos. La oración nos recuerda que no podemos soñar nuestro camino hacia la verdad y, en el proceso, la oración nos da el valor para luchar la buena batalla y terminar la carrera.

Padre, me encantaría que me encontraras totalmente despierto. Pero a menudo estoy adormilado y desanimado, una mezcla de buenas intenciones y distracciones constantes. Tómame como soy Señor, pero no dejes que me quede como estoy. Elévame por encima de mi mediocridad y haz de mí todo lo que quieras que sea.

Extraído de El Padre Nuestro consciente de Thomas G Casey SJ (p.120)