2025-04-14

Jesús era una persona ordinaria. No buscaba elevarse por encima de los demás. La gente se sentía atraída a Él porque les hacía sentirse vistos y valorados. Después de Su Resurrección, siguió apareciendo como una persona normal: en el camino de Emaús, en el Cenáculo y junto a la orilla, cuando preparó pescado al fuego para los discípulos.

Como Padre, Dios anhela conectar con Sus hijos de un modo íntimo y real. Al dedicar un tiempo diario a acercarnos a Él, nos abrimos a experimentar Su paz, alegría y amor. Nuestras vidas se enriquecen cuando buscamos conocerle mejor, permitiendo que Su presencia nos transforme desde dentro. Ayúdanos a acordarnos de dedicarte tiempo, Señor. Amén.