2025-05-06

Mientras el Colegio Cardenalicio se reúne en solemne oración y discernimiento para elegir un nuevo Papa, unamos nuestros corazones en oración por ellos. Que sean guiados por la sabiduría de lo alto mientras buscan a quien Dios ha elegido para pastorear a Su Iglesia.

Recordamos a San Pedro, el primero de los apóstoles a quien se confió esta sagrada tarea. Aunque fue impetuoso y defectuoso -negó a Cristo en Su momento de prueba-, también fue profundamente fiel y, en última instancia, se convirtió en la roca sobre la que se construyó la Iglesia. Su viaje nos recuerda que Dios no siempre elige a los perfectos, sino que perfecciona a los que elige.

No nos aferremos demasiado a nuestras propias ideas de lo que debe ser un Santo Padre, sino hay que abandonarnos a la misteriosa y perfecta voluntad de Dios. Que el Espíritu Santo descienda sobre el Cónclave con claridad, paz y poder, iluminando los corazones de los Cardenales y uniéndolos en el propósito divino.

Que este nuevo sucesor de Pedro sea un verdadero pastor de almas -humilde, valiente y arraigado en el amor- para que, a través de su liderazgo, la Iglesia se renueve en la fe y el fervor.