Lucas 19:1-10 LBLA
1Habiendo entrado Jesús en Jericó, pasaba por la ciudad. 2Y un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de los recaudadores de impuestos y era rico, 3 trataba de ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, ya que él era de pequeña estatura. 4Y corriendo delante, se subió a un sicómoro para verle, porque Jesús estaba a punto de pasar por allí. 5Cuando Jesús llegó al lugar, miró hacia arriba y le dijo: Zaqueo, date prisa y desciende, porque hoy debo quedarme en tu casa. 6Entonces él se apresuró a descender y le recibió con gozo. 7Y al ver esto, todos murmuraban, diciendo: Ha ido a hospedarse con un hombre pecador. 8Y Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he defraudado a alguno, se lo restituiré cuadruplicado. 9Y Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa, ya que él también es hijo de Abraham; 10porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido.
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Reflexión on Lucas 19:1-10 LBLA
Inspiración - 2025-11-18 Oración diaria
Zaqueo mostró un gran deseo de ver a Jesús. Corrió y se subió a un árbol. En Juan 1:38, leemos de los dos discípulos que preguntaron a Jesús: «¿Dónde moras?» Y pasaron con él el resto del día. San Ignacio subraya la importancia de nuestro deseo de Dios. Rezar lentamente el Salmo 62 es una ayuda maravillosa para ello.
Jesús miró a Zaqueo en el árbol y le dijo: “Zaqueo, date prisa en bajar, porque hoy tengo que quedarme en tu casa”. En el momento en que sus miradas se cruzaron, Zaqueo reconoció el amor y la compasión que le invitaban a una conversión del corazón. Ahora podemos encontrarnos en la oración con este mismo Señor, que nos mira amorosamente y nos invita a venir ahora a su encuentro.