Descubrir a Dios diariamente

Encontrar a Dios en el desorden de nuestras vidas es un enorme desafío. Muchos prefieren evadirse en experiencias sanitizantes, dichosas y «santas», alejadas del bullicio cotidiano que nos rodea. El reto sigue siendo creer que Dios está con nosotros y que, aunque no es el causante del caos y la imprevisibilidad de la vida, actúa poderosamente para formarnos y moldearnos a través de estas experiencias. Pensemos en la imagen del alfarero y el barro (Jeremías 18:1-4), donde el hecho de romperse y rehacerse revela la naturaleza del cuidado amoroso de Dios, y donde las ideas de perfección y de «hacerlo bien a la primera» son inútiles.

Extraído de Descubrir a Dios cada día: Siete momentos del viaje de San Ignacio que cambian la vida por Brendan McManus SJ y Jim Deeds

(p.8)

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Viva la indiferencia

Preguntarse por su libertad interior, investigar cuál es realmente su propósito en la vida, es valioso para su búsqueda personal de más calidad de vida. Aquí son importantes la sutileza y la humildad. Es casi inevitable que nos apeguemos a nosotros mismos de una manera que puede hacer que nuestro yo interior no sea libre. Cuando era un joven jesuita, un hermano mayor me habló de los conejos blancos: un niño pequeño muestra a su mejor amigo su armario de juguetes y le dice: ‘Te quiero, puedes elegir lo que quieras, es un regalo para ti. Sólo… mi conejo blanco, no puedes cogerlo, porque verdaderamente es sólo para mí’.

Todos tenemos unos cuantos conejos blancos, cosas grandes o pequeñas, posturas, dinámicas… a las que estamos más apegados de lo que nos gustaría y de las que a veces no nos sentimos orgullosos. Es la naturaleza humana. Es un gran paso admitir que existen. Tal vez con el paso de los años puedas despedirte de tu conejo blanco, pero es muy probable que otra cosa lo sustituya.

Extracto de Living with Ignatius: On the Compass of Joy por Nikolaas Sintobin SJ (pp.36-37)

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Discernimiento

Discernir es tratar de tomar una buena decisión en función de la situación en la que uno se encuentra. El primer nivel de toma de decisiones gira en torno a los pros y los contras, las razones a favor y en contra de una decisión. Las situaciones son complejas y a menudo fluidas, con muchos factores en juego. Hay un elemento de reflexión, de crear espacio e intentar revisar la decisión desde distintos puntos de vista. Pero el proceso lleva su tiempo y no puede precipitarse.

Extracto de Brothers in Arms por Brendan McManus SJ (p.8)

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Estamos aquí para amar y servir a Dios

El examen es una herramienta que utilizamos a lo largo del camino: para encontrar a Dios en nuestras vidas, para descubrir lo que hay que hacer, para reflexionar sobre nuestras acciones y motivaciones y para tomar buenas decisiones.

Eso es, en pocas palabras, la espiritualidad ignaciana. Ignacio unió la contemplación y la acción, pero el aliado principal de la alianza es la acción. En el esquema ignaciano de las cosas, amamos y servimos a Dios uniéndonos a Cristo en la obra de salvar y sanar al mundo. El fin del examen es la acción: responder a Dios más fielmente, discernir nuestro papel en la misión de Cristo y tomar buenas decisiones sobre cómo cumplirla.

Extracto de A Simple Life-Changing Prayer por Jim Manney (p. 76)

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Espléndido ser joven

La tercera preferencia jesuita es «acompañar a los jóvenes en la creación de un futuro lleno de esperanza»… Acompañar a los jóvenes en la creación de un futuro lleno de esperanza puede ser todo un reto. Aparte de modelos de conducta positivos, ¿qué se puede hacer para promover un futuro lleno de esperanza para los jóvenes? La respuesta más obvia es de apoyar a un joven en que tenga una oportunidad de tener una educación y formación lo mejor posible, abordando todos los aspectos de la persona humana: intelectual, social, psicológico, físico, espiritual y religioso. Contar los acontecimientos positivos de la historia de una comunidad también es fundamental, porque nos recuerda de lo que somos capaces y cómo lograrlo. También refuerza el aspecto relacional de nuestra identidad, recordándonos que cada individuo forma parte de una historia mayor.

Extracto de Reimagining Religion : A Jesuit Vision por Jim Maher SJ

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Oración por la vida

La primera y más importante parte de la vida en oración es la acción de gracias, mirando hacia atrás en particular a los acontecimientos del pasado que te han reconfortado. ¿Qué te ha dado en el último etapa alegría, espacio, fuerza, valor, descanso…? Tómate un momento para dejar que esa mirada, esa palabra, esa imagen, esa música, ese gesto, esa idea… vuelvan a tus ojos o a tus oídos, para saborearla en tu corazón… Este consuelo, por pequeño e insignificante que parezca, dice algo sobre cómo y dónde has experimentado a Dios. Estos pequeños detalles son más importantes que los acontecimientos espectaculares. Al fin y al cabo, estos últimos ocurren raramente, o nunca. Por otro lado, nuestras vidas están llenas de sucesos «banales». Si aprendes a distinguir la presencia de Dios en estos acontecimientos, entonces estás en un camino dorado que se ofrece diaria y continuamente.

Extracto de Living with Ignatius: On the Compass of Joy por Nikolaas Sintobin SJ (p.49)

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No hay que tener miedo

No teman, pequeño rebaño, porque a su Padre le complace darles el Reino.Lucas 12:32

Jesús nos asegura que no hay que tener miedo del futuro. La vida es una peregrinación que no cesa. El reino de Dios en la tierra podría describirse como una sociedad de justicia y paz. Debemos intentar vivir una vida en el amor y el servicio para construir este reino. Cuando lo hacemos, obtenemos verdadera riqueza, no sólo para nosotros, sino para los demás. Este enfoque significa que estamos dispuestos a encontrarnos con Jesús, nuestro pastor, en cualquier momento.

Extraído de God in Every Day: A Whispered Prayer de Deirdre Powell, (p.95)

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#GRATITUD

Cada noche trato de pensar en tres cosas del día que han pasado por las que puedo dar gracias. A veces requiere un poco de esfuerzo porque algo puede haber sucedido ese día que ha oscurecido cualquier sentido de gratitud. Sin embargo, y para ser honesto, siempre hay al menos tres cosas por las que dar gracias: La poca sabiduría de que «la gratitud es a menudo la emoción más cortamente vivida» me ha obligado a detenerme en aquellas cosas por las que doy gracias. Cuando pienso en las cosas de mi día por las que puedo decir «gracias», en lugar de procesarlas rápidamente, las saboreo y me detengo en ellas.

Extraído de Dipping Into Life by Alan Hilliard (p.36)

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